jueves, 12 de marzo de 2015

RUIDO ILEGAL DE MOTOS: PROPAGANDA DE UNA VISIÓN DEL MUNDO QUE NO HAY POR QUÉ COMPARTIR.

 El ruido ilegal de motos supone una tortura absurda y gratuita para miles de personas que deben soportarlo, en muchos casos de forma continua, tal y como se comenta en posts anteriores. Es además una propaganda a alto volumen y en espacio público, a través de códigos simbólicos, de una concreta visión del mundo y de los hábitos de consumo de un sector concreto de la población. Visión del mundo favorable a unos segmentos económicos determinados, que no tiene por qué ser compartida,  y que además puede perjudicar a otros sectores económicos cuyos productos o servicios están orientados a personas con otras visiones del mundo. La dejación de obligaciones por parte de las autoridades es una forma intolerable de intervencionismo. No queremos creer que la explicación de esa tolerancia con el infractor esté en que las autoridades compartan los valores de un motero incívico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario