miércoles, 22 de julio de 2015

INFLUENCIA NEGATIVA DE LAS TERRAZAS EN EL POSICIONAMIENTO COMERCIAL DE OTRO TIPO DE NEGOCIOS.

Propóngale a un amigo el siguiente juego. Usted le dice el nombre de una calle de su ciudad, y él debe recordar el máximo número de negocios ubicados en esa calle. Sus nombres comerciales, y el tipo de producto o servicio que comercializan.
 Comprobará que nombra sin dificultad los bares que tengan terrazas en la vía pública. Está muy visibilizada su presencia y su actividad,  y por eso las recuerda incluso sin haber sido su cliente. Tendrá que esforzarse para nombrar alguno de los otros establecimientos, y es probable que muchos le hayan pasado totalmente desapercibidos. Tanto más desapercibidos cuanto más cerca estén de las terrazas hosteleras. Salvo en los casos de establecimientos históricos establecidos antes que ellas, o de los cuales haya sido cliente repetidamente.
 La mente humana funciona simplificando la percepción del entorno, según lo que los teóricos del marketing llaman "posicionamiento". Si a un determinado lugar se le asocia la presencia de una terraza, la mente simplifica ignorando el resto del entorno.
 Cuando una persona necesita un determinado producto o servicio recorre mentalmente la ciudad tratando de recordar los lugares en que puede encontrarlo. Salvo en los casos de compra de fuerte implicación económica, que requieren de una prolongada reflexión, lo normal es que se decida por aquel que viene con más facilidad a su memoria y no se encuentre demasiado lejos.
 Un negocio es tanto más viable y rentable cuando más haya conquistado posiciones dominantes en la memoria de los consumidores.
 Las terrazas hosteleras no sólo debilitan la visibilidad sensorial de los negocios próximos. Debilitan también su "visibilidad mental", al destacarse desproporcionadamente en relación al resto de elementos del entorno. Crean además un ambiente lúdico específico  (visual, acústico...)  que puede ser incluso incompatible con el ambiente óptimo para el desarrollo de otro tipo de negocios. Todo eso los perjudica comercialmente.
 Cuando un ayuntamiento privilegia la ocupación de espacio público por parte del sector hostelero está perjudicando a muchos negocios próximos por estas y otras variadas razones. Además de atacar, como es sabido, la dignidad y la habitabilidad de las viviendas próximas. Esa forma de intervencionismo tiene consecuencias económicas que retroalimentan además una sesgada visión de la ciudad menos favorable al desarrollo de otras actividades productivas.

jueves, 9 de julio de 2015

EL CÍRCULO VICIOSO DEL RUIDO.

Son muchas las maneras en que el ruido genera más ruido. El ejemplo típico suele ser que si hablamos a un volumen más alto del necesario en un lugar público, invadiendo el espacio de otros, les obligamos a su vez a elevar su tono de voz, con lo cual perturban a su vez a otros, etc.
  Pero las situaciones en que sucede algo similar son muchas y basta con prestar atención a nuestro entorno para darse cuenta de su amplia variedad.
 Supongamos, por ejemplo, que un bar situado en la planta baja de un edificio está mal insonorizado y su propietario no respeta el horario de cierre nocturno. Molesta, en principio, a los habitantes del primer piso, situados en su proximidad inmediata. Esos vecinos, al no poder dormir, probablemente decidan aprovechar el tiempo de vigilia forzosa desarrollando alguna actividad en su propia casa. Pero con ello generan  ruido que molesta a los vecinos del segundo piso. El proceso se repite entonces indefinidamente, con los del tercer piso y con el resto de los vecinos.