lunes, 23 de marzo de 2015

AMBIENTE ACÚSTICO DE TERRAZAS EN ESPACIO PÚBLICO E INVADIENDO DOMICILIOS PRIVADOS ATENTA CONTRA DERECHOS DE MENORES.

Estos políticos tolerantes con las terrazas en espacio público anteponen los intereses comerciales de los "baretos" a derechos ciudadanos básicos como son el derecho al descanso y por tanto a la salud,a la dignidad e intimidad del domicilio, a los servicios de emergencia, al uso digno del espacio público, etc.etc. Hay ya abundantes sentencias en ese sentido de diferentes tribunales contra los ayuntamientos. Es indignante que se pisoteen esos derechos "actuales" , pero también otros "potenciales" como el derecho a un futuro digno para quienes son hoy menores de edad. Deberíamos ser conscientes de la estrecha e interesada visión del mundo que se les inculca de esa manera a los niños , y las consecuencias que ello tendrá para el futuro de la sociedad. El mundo que percibe el menor es un enorme bar, invadido acústicamente por sus alienantes contenidos sonoros (al margen del control de sus padres), sin espacios para jugar ni para imaginar otras formas de ocio que no sean el consumo de alcohol y de fútbol. El bar metiéndose en sus domicilios y creando en ellos un ambiente crónico incompatible con el estudio, la lectura, la reflexión. Fomentando a medio o largo plazo el fracaso escolar y por tanto el fracaso vital de una generación. Estos políticos no piensan en el futuro, sólo benefician los intereses inmediatos de un sector concreto . Me recuerda a los países del Tercer Mundo en los que se permite que los niños trabajen en fábricas en vez de ir a la escuela, porque ello supone ayuda económica inmediata para las familias y beneficios inmediatos para esas empresas. Estropean así el futuro de esos países y les impide desarrollarse. Nosotros no somos mejores: de poco vale que los niños vayan a la escuela si los valores que en ella pretenden inculcarse son barridos instantáneamente de su cabeza al percibir , a través de alta carga simbólica del espacio público, que el mundo sólo es un enorme bar.

martes, 17 de marzo de 2015

¿SE ACEPTARÍA QUE UNOS ENORMES ALTAVOCES ORBITASEN LA TIERRA COMO SATÉLITES ARTIFICIALES, AMBIENTADO CON SU RUIDO MUSICAL TODO EL PLANETA?

Imaginemos que se ponen en órbita  unos enorme altavoces emitiendo "música ambiental" que invadiese todo el planeta y nos viésemos obligados a soportar ese producto comercial sonoro a todas horas. También podemos imaginar que emitiesen publicidad o consignas políticas, y que fuese imposible vivir sin escuchar esos contenidos de forma activa o pasiva. Obviamente eso terminaría por "formatear" los cerebros de una determinada manera, al inducir en ellos una forzosa y permanente alteración en la percepción de la realidad. Se negaría a las personas el derecho al sosiego, al descanso físico y mental y a "ver el mundo tal como es", entre muchos otros derechos.
 Pues bien , esa situación ya se da en la práctica. Esa alienación intolerable y totalitaria ya la sufrimos. Si existe un "altavoz ambiental" en cada rincón habitable del planeta , y nos vemos obligados a "tragarlo", el efecto es exactamente el mismo que si estuviese emitiendo desde una órbita estacionaria.

viernes, 13 de marzo de 2015

SOMETER A UN EDIFICIO AL RUIDO Y LAS VIBRACIONES DE UN "PUB" DAÑA A LARGO PLAZO SU ESTRUCTURA ARQUITECTÓNICA

 Un tema del que apenas se habla es del daño que puede causar a los edificios el ser sometidos de forma continua a las intensas vibraciones provocadas por los característicos sonidos rítmicos graves de los "pubs" ruidosos que comparten su estructura. Los ingenieros saben que una vibración continua ,incluso aunque no sea intensa, puede causar daños en las construcciones arquitectónicas. A los conocidos efectos negativos en la salud y el bienestar de los vecinos (lo que también incide en el valor inmobiliario de su vivienda), habría que añadir los efectos físicos sobre la propia  vivienda. El "pub" estaría provocando "daño en las cosas" ajenas,  además de en las personas. Son necesarios cuanto antes estudios serios al respecto, para incorporar  esos daños  a la responsabilidad legal del ruidoso.

jueves, 12 de marzo de 2015

"MOLESTAR" A LA POLICÍA CUANDO NOS MOLESTE EL RUIDOSO

Cada vez que nos moleste una moto excesivamente ruidosa, deberíamos, como mínimo, "molestar" a la Policía Local, o a la Guardia Civil, informando de matrícula, lugar, hora, etc. Una "molestia" debería llevar a la otra. Hay gente que soporta absurdamente la molestia del incívico por no "molestar" a la Policía y se "traga" la molestia.  La Policía y la Guardia Civil están para que les "molestemos" por eso, entre otras cosas. No son unos "pobrecitos" que no pueden ser molestados y por tanto debamos tragarnos nosotros las molestias para que ellos no "sufran". "Pobrecitos". Pues no. Tenemos derecho a "molestarlos".  Son los incívicos los que no tienen derecho a molestarnos a nosotros. Si "molestamos" a la Policía o a la Guardia Civil cada vez que nos molestan, empezarán a tomar cartas en el asunto para no ser "molestados" y molestarán, por fin , a los infractores, con multas "molestas". 
 La reflexión es válida para ruidosos en general.
  La Policia y la Guardia Civil tienen oficinas de atención al ciudadano que deberíamos saturar con nuestras "molestias".

RUIDO ILEGAL DE MOTOS: PROPAGANDA DE UNA VISIÓN DEL MUNDO QUE NO HAY POR QUÉ COMPARTIR.

 El ruido ilegal de motos supone una tortura absurda y gratuita para miles de personas que deben soportarlo, en muchos casos de forma continua, tal y como se comenta en posts anteriores. Es además una propaganda a alto volumen y en espacio público, a través de códigos simbólicos, de una concreta visión del mundo y de los hábitos de consumo de un sector concreto de la población. Visión del mundo favorable a unos segmentos económicos determinados, que no tiene por qué ser compartida,  y que además puede perjudicar a otros sectores económicos cuyos productos o servicios están orientados a personas con otras visiones del mundo. La dejación de obligaciones por parte de las autoridades es una forma intolerable de intervencionismo. No queremos creer que la explicación de esa tolerancia con el infractor esté en que las autoridades compartan los valores de un motero incívico.

miércoles, 11 de marzo de 2015

EL "AMBIENTE DE BAR" EN ESPACIO PÚBLICO DESTRUYE RIQUEZA.

El ruidoso ambiente de los bares en espacio público fomenta el incivismo y hábitos de consumo no saludables (especialmente en menores), devalúa las propiedades inmobiliarias de su entorno, afecta a la imagen de seriedad de escuelas,  clínicas , despachos de profesionales liberales etc. así como  a la imagen comercial de otro tipo de negocios, además de a la salud y a la calidad de vida de los vecinos.
 El ambiente de bar que se quede estrictamente dentro de los bares.

martes, 10 de marzo de 2015

EL RUIDO MUSICAL AMBIENTAL PISOTEA SU DERECHO A SABER LO QUE QUIERE.

 Si usted va, por ejemplo,  a una panadería, es porque necesita pan y sabe que lo necesita. Pero es muy probable que le obliguen a soportar ruido musical mientras lo compra. La música no guarda ninguna relación con el pan, pero se le somete al CHANTAJE de tener que  consumirla, al margen de su voluntad, para poder comprar el pan que sí ha decidido comprar. Igual de arbitrario podría ser que le obligasen a leer una poesía, o a bailar, para poder comprar el pan. Leer  o bailar también son cosas buenas, pero no pueden ser obligatorias y no deben establecerse como "peajes" para poder comprar otra cosa. Usted no tiene por qué salir de una panadería con la ración de pan que iba a buscar y, además una ración adicional de música que no iba a buscar. Si quisiera música se habría quedado en su casa, donde la tiene a su gusto, o la llevaría en sus auriculares. Esa música que le obligan a consumir ha tenido que pagarla  también de forma indirecta (la tienda paga derechos de autor). O sea, se le ha sometido al chantaje de tener que consumir (y pagar) lo que no quería necesariamente para poder adquirir lo que sí  necesitaba. Podría pedir a la cajera que le descontasen la parte de la música que le están cobrando, pues no la había pedido.  Al menos como acto simbólico de protesta. Suelen decirle que "la música le gusta a todo el mundo". Eso puede ser cierto, pero en todo caso usted tiene derecho a decidir por sí mismo si le gusta o no. Y, en su caso, de qué tipo le gusta y en qué momento, que no tiene por qué ser cuando necesita pan. O sea, usted tiene derecho a saber lo que quiere.
 Existen estudios que dicen que a las personas de éxito suele molestarles el ruido musical más que a la media. Probablemente ello sea así, al menos en parte,  porque suelen ser personas muy conscientes de lo que quieren, y perciben, de forma más o menos consciente, pisoteado su derecho a serlo.

lunes, 9 de marzo de 2015

OÍDO: EL SENTIDO DESPRECIADO EN LA CULTURA "DEL MUNDO MODERNO"

 En la época de nuestros bisabuelos un sentido "sufrido" era el del olfato. Sobre todo en los ambientes rurales se vivía rodeado de lo que hoy calificaríamos como malos olores:  animales, estiércol, olores corporales....Poco a poco se impuso la cultura consistente en eliminar esos malos olores tanto como fuese posible, y de esa manera se avanzó en materia de higiene personal, saneamiento, etc. Probablemente en los primeros tiempos de ese cambio de mentalidad quienes abogaban por ello eran vistos como "señoritingos","tipos raros". O incluso "aguafiestas" cuando, tras los cambios legislativos al respecto, ponían las primeras denuncias.
 Hoy en día no toleramos el más mínimo mal olor evitable ni tampoco, por ejemplo,  una mínima alteración de temperatura en nuestra piel. No estamos dispuestos a pasar ni el más mínimo frío ni el más mínimo calor, actitud que también habría sido tomada como propia de "señoritingos" para nuestros antepasados, a los que no les importaba soportar esos rigores, salvo que fuesen verdaderamente injustificados.
 SIn embargo, el sentido al que castigamos y despreciamos hoy en día de forma absurda es el del oído. Soportamos estoicamente un nivel de ruido evitable que nuestros abuelos no estarían dispuestos a soportar. Le atribuimos un estúpido  significado de "modernidad" al escape libre de una moto o a los eternos altavoces con un ruido musical que nadie escucha. La diferencia está en que, a diferencia de los otros sentidos, el oído influye de manera determinante en nuestro cerebro, y ese desprecio nos vuelve realmente más idiotas.

martes, 3 de marzo de 2015

MOTOS: TALADROS DEL CEREBRO

 ¿Qué pasaría si alguien perforase con un taladro las paredes de su propio domicilio continuamente y sin necesidad, sólo por diversión, porque le gustara el ruido del taladro? Obviamente, que ese descerebrado pronto sería denunciado a la policía por los vecinos.
 Hay a quien le gusta un ruido prácticamente idéntico al del taladro: el de las motos con escape trucado. Manipulan su vehículo sin necesidad, sólo por un estúpido gusto por el ruido, y "taladran" así, a capricho, continuamente, día tras día, el cerebro de miles de personas.
 Este abuso es sufrido sobre todo por quienes viven en  zonas próximas a las entradas de las ciudades. Los vecinos sufren de forma continua, esa agresión acústica. Especialmente en domingos y festivos. Paradójicamente, los días en que debería tenerse más derecho a la tranquilidad y al descanso.
  Las autoridades deben tomar medidas inmediatas. Los ciudadanos no tienen por qué ver continuamente perjudicada su calidad de vida, ni su salud porque unos cuantos majaderos atribuyan no se sabe qué absurdo significado al ruido de sus motos según algún estúpido código.
   Los vecinos soportan una intensidad sonora mayor que la que emite la moto en reposo, merced a un conocido efecto físico. Y no llevan casco que amortigüe el ruido. Si tanto le gusta ese ruido al motorista incívico que lo grabe y lo ponga en sus propios auriculares.

lunes, 2 de marzo de 2015

¿UN ALTAVOZ EXTERIOR ES "COMO EL RUIDO DE LOS COCHES"?

 Cuando algún vecino se queja al hostelero incívico que ha sacado un altavoz al exterior de su local , éste suele responder "Entonces también le molestará el ruido de los coches. El altavoz es como el ruido de los coches".
 El contraargumento obvio es "Un altavoz no es como el ruido de los coches. La prueba está en que usted se ha molestado en sacar el altavoz al exterior. Si fuera lo mismo, ya habría tenido usted el ruido de los coches para "ambientar", y no se hubiera molestado en sacar el altavoz para fuera".
 A veces el hostelero incívico dice que el altavoz está "bajo" y que por tanto "es como si estuviese apagado". La réplica obvia es: "Si estando bajo es como si estuviese apagado, entonces si está apagado es como si estuviese bajo. Apáguelo entonces, ya que es lo mismo".