lunes, 9 de marzo de 2015

OÍDO: EL SENTIDO DESPRECIADO EN LA CULTURA "DEL MUNDO MODERNO"

 En la época de nuestros bisabuelos un sentido "sufrido" era el del olfato. Sobre todo en los ambientes rurales se vivía rodeado de lo que hoy calificaríamos como malos olores:  animales, estiércol, olores corporales....Poco a poco se impuso la cultura consistente en eliminar esos malos olores tanto como fuese posible, y de esa manera se avanzó en materia de higiene personal, saneamiento, etc. Probablemente en los primeros tiempos de ese cambio de mentalidad quienes abogaban por ello eran vistos como "señoritingos","tipos raros". O incluso "aguafiestas" cuando, tras los cambios legislativos al respecto, ponían las primeras denuncias.
 Hoy en día no toleramos el más mínimo mal olor evitable ni tampoco, por ejemplo,  una mínima alteración de temperatura en nuestra piel. No estamos dispuestos a pasar ni el más mínimo frío ni el más mínimo calor, actitud que también habría sido tomada como propia de "señoritingos" para nuestros antepasados, a los que no les importaba soportar esos rigores, salvo que fuesen verdaderamente injustificados.
 SIn embargo, el sentido al que castigamos y despreciamos hoy en día de forma absurda es el del oído. Soportamos estoicamente un nivel de ruido evitable que nuestros abuelos no estarían dispuestos a soportar. Le atribuimos un estúpido  significado de "modernidad" al escape libre de una moto o a los eternos altavoces con un ruido musical que nadie escucha. La diferencia está en que, a diferencia de los otros sentidos, el oído influye de manera determinante en nuestro cerebro, y ese desprecio nos vuelve realmente más idiotas.

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