Hay tareas para las cuales se precisa reflexión y sosiego, y son
imposibles de llevar a cabo en un ambiente crónicamente ruidoso. Por ejemplo,
preparar unas oposiciones a juez. Por eso es casi imposible que un juez conozca
en detalle los múltiples efectos de un ambiente ruidoso en la vida de las
personas: si los conociese no sería juez. Sólo mediante un enorme esfuerzo
mental y de empatía puede imaginar
cabalmente el daño enorme que causa el
ruido crónico en la vida de las personas, para poder dictar sentencias
ponderadas ante denuncias por ruido
. Daños de muchas clases: en la salud física y psíquica,
en la calidad de vida...y en la
dignidad...Un ejemplo de atentado a la dignidad, entre miles, es imposibilitar en la práctica el futuro
cargo de juez a un hijo, en una vivienda afectada por ruido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario