miércoles, 11 de febrero de 2015

LA LUCHA CONTRA EL RUIDO: AMPLIAR EL CONCEPTO DE HIGIENE. HIGIENE MENTAL




En otros tiempos, el entorno urbano estaba mucho más lleno de basura que hoy, y la gente convivía con ella sin percatarse de su presencia ubicua. No existían o no se usaban las papeleras y tampoco los contenedores, y se tiraban a la acera sin ningún rubor desde cáscaras de plátano hasta envoltorios de helados (por alguna razón extraña, las colillas de cigarro siguen teniendo "bula" para ser arrojadas sin rubor) . Los dueños de mascotas no recogían sus excrementos. Muchas personas orinaban o defecaban en la calle. Etc. Quienes se quejaban de esos comportamientos y luchaban por erradicarlos eran vistas como "señoritingos" o "raritos" excesivamente quisquillosos. Lo mismo pasaba con la propia higiene personal.
Poco a poco la sociedad se fue concienciando y ahora a todos nos parece normal ducharnos a diario o lavarnos los dientes. De la misma manera, usamos las papeleras o recogemos los excrementos de nuestras mascotas. Desde luego que siguen existiendo personas que no cuidan su higiene personal o que ensucian los espacios públicos incívicamente, pero esos son los ahora mal vistos por la sociedad.
Queda por cambiar la actitud hacia la "basura sonora", o sea, hacia el ruido. Una forma de contaminación que, por ser ubicua, no es percibida por muchas personas. Quienes no están dispuestos a tolerar ruido innecesario son vistos ahora de la misma manera que lo eran en otros tiempos quienes no estaban dispuestos a tolerar basura innecesariamente: raritos , señoritingos, quisquillosos.
Luchar contra el ruido es luchar por ampliar el concepto de higiene hacia la "higiene mental".





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