martes, 10 de febrero de 2015

LAS MÁQUINAS RUIDOSAS DE LIMPIEZA NO SON RENTABLES EN REALIDAD PARA EL INTERÉS PÚBLICO.

   Las máquinas son inventadas para hacer más eficaz el trabajo de los seres humanos. Pero a veces la máquina que mejora el trabajo de una persona, empeora o entorpece el de otras . Cabe entonces preguntarse por la rentabilidad "social" de esa clase de máquinas.
Un ejemplo práctico y de valoración inmediata lo tenemos en las máquinas de limpieza ruidosas.
Un operario municipal puede terminar su trabajo en menos tiempo si lo hace con una de esas máquinas que si lo hace con herramientas tradicionales y silenciosas como escobas y rastrillos.
 Pero en un entorno urbano hay cientos o miles de vecinos en las proximidades. Y esos ciudadanos también están desarrollando sus trabajos y actividades. El ruido de esas máquinas interfiere en su labor de muchas maneras, empeorándola. Muchos habrán sido interrumpidos en una actividad intelectual que exija concentración, por ejemplo un contable, y tendrán que reiniciarla. Otros habrán perdido unos segundos por la distracción y deberán recuperarlos . Otros pueden estar desarrollando alguna actividad sencillamente incompatible con ese ruido, por ejemplo una grabación o una conferencia. Otros, posiblemente estén descansando o incluso durmiendo (en la vida moderna hay horarios laborales diversos) y esa perturbación degradará su trabajo futuro, etc, etc. Todo ello sin hablar de otras muchas situaciones posibles como la madre cuyo bebé despierta llorando y debe atenderlo, descuidando alguna otra labor, etc.
 Si sumamos el tiempo y los recursos perdidos en la labor de esos cientos de personas, es seguro que dan un resultado mucho mayor que el tiempo y los recursos optimizados por el operario municipal.
 Los políticos deben buscar la rentabilidad social o global de sus acciones. Eso que se llama “Bien Común”. Por ello esas máquinas deberían prohibirse en entornos urbanos. No pasa nada por usar escobas para recoger hojas en vez de máquinas sopladoras, por ejemplo. Si  el ayuntamiento debe contratar a un operario más, se le contrata. El gasto global de dinero y recursos, incluyendo entre muchos otros el gasto sanitario derivado del deterioro de la salud por ruido, será mucho menor. Y ello dejando aparte otras formas posibles de contaminación, además de la de tipo acústico, que en realidad también  deberían considerarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario